La ansiedad no cesa o esta en incremento. La idea de salir del encierro te genera conflicto y pensar en convivir con otros seres humanos te parece prácticamente imposible, No estas sólo, y esta situación no tampoco es nueva. Existen estudios presentados en aquellos que desarrollan una serie de síntomas como estos y lo han nombrado “síndrome de la cabaña”. Se ha manifestado en aquellos que por “x” situación han tenido que pasar largas temporadas en aislamiento, como por ejemplo, en plataformas petroleras o submarinos, entre otras. Gracias a estos estudios expertos han logrado entender mas a fondo éste síndrome.
El tema es, ¿cómo salir del caparazón?, ¿cómo abandonar el resguardo de nuestros hogares, y volver a la “nueva normalidad” con prudencia, pero sin miedo?
Llevamos meses intentando restarle importancia a todo lo que nos sucede entre bromas que aligeren la situación, o palabras de aliento para aquellos quienes más lo necesitan; ya que por si fuera poco no únicamente se ha instaurado entre nosotros un nuevo virus, sino un nuevo estilo de vida, y con él, la resaca de este.
El encerrarnos durante el tiempo que hayamos podido, nos ha otorgado el privilegio de cuidarnos. Hay quienes han tenido que retomar sus actividades de forma cotidiana -con todos los cuidados pertinentes, para exponernos lo menos posible, y para no exponer a otro. O quienes en cambio, aún cuando siguen haciendo home office ya han abandonado la idea de una cuarentena estricta y empiezan a relacionarse con personas con las que empatizan en cuanto a los cuidados o medidas que adoptan en su día a día.
En otras palabras adaptarnos a una nueva realidad, con cuidado y de manera paulatina, es necesario. Si esto para ti no suena congruente te compartimos un par de herramientas que los expertos recomiendan para romper con este encierro:
Desarrollar rutinas o generar cambios constantes en tus actividades diarias. Lo importante es definir horarios e intentar hacerlas cíclicas. Realizar ejercicio, o seleccionar qué ponerte el día siguiente son grandes recomendaciones.
Genera contacto con más personas. El contacto no siempre tiene que ser físico, comienza por hacer llamadas y hablar con personas con las que no has tenido comunicación en tiempo para fortalecer tus habilidades sociales.
Salidas graduales: extiende el tipo de salidas, por ejemplo dejando a un lado los pedidos a domicilio, comenzando por ir al supermercado con todos los cuidados sanitarios, y paulatinamente, frecuenta a personas que tengan los mismo cuidados que tú.
Trabaja en tu autoestima: vestirte con algo que te haga sentir mejor (sea lo que sea) te hará proyectarlo en tu actitud, lo cual es siempre es una buena herramienta para nutrir el ego.
Consulta a un especialista si la paranoia no cesa, o salir de casa es simplemente impensable aun trabajando en estos temas. Comenzar una terapia remota es lo más recomendable.
No sabemos que nos depara esta etapa post-covid, pero si algo hemos aprendido a lo largo de nuestros caminos, es que casi todo se reduce a prueba y error. No podemos postergar lo inevitable, pero si cuidarnos y cuidar a nuestro entorno, e intentar salir adelante con los recursos que tengamos, y con los que estemos dispuestos a obtener…
