Existe cierta narrativa detrás de la mano experta que manipula un tejido. Si lo llegáramos a ver reflejado en un video, podríamos ser testigos de una especie de coreografía. Los tejidos en movimiento, brillando a cámara lenta, otorgándonos una imagen un tanto sensorial de cómo la piel entra en contacto con la tela. Los botones cayendo lentamente, y hasta el trazo del hilo al integrarse a la prenda. Creemos que incluso, de cara al momento en el que el cliente se prueba por primera vez esa pieza terminada, se crea una sensación que va mas allá de los sentidos…
Y son aquellas cosas que nos inspiran las que nos hacen tener una especie de encuentro “especial” con emociones que con las que a lo mejor aún no conectábamos, o con otras que comienzan a aflorar. Y es ese el punto de encuentro en el que coinciden las imágenes, y la información que obtenemos durante el relato.
Hoy queremos hablarles de una colaboración en la que nos ha encantado participar, no únicamente por aquellos quienes la hicieron posible, si no por el mensaje detrás del evento.
Entre los hombres que conforman este proyecto, están el director David Pablos, y los actores Alfonso Herrera y Emiliano Zurita. “El baile de los 41”, película con la que recientemente se han estrenado en la temporada de festivales, ha causado polémica entre sus espectadores, pero también ha conseguido tratar un tema tan delicado como el que David Pablos se propone exponer en esta cinta.
Se trata de un film en el que se exploran los acontecimientos sucedidos en un baile el 18 de noviembre de 1901, en la Ciudad de México. Y en el cual, de 42 varones, 19 fueron encontrados mientras vestían con ropa de mujer. A nivel histórico retrata la impunidad con la que convivimos desde hace muchos años, y lo que probablemente fue el primer acercamiento a la homosexualidad de la generación de la época, en nuestro país. Y qué mejor que verlo proyectado mediante la visión del maravilloso discurso que nos propone Pablos en esta película, el cual nos invita a reflexionar sobre el verdadero retrato de una sociedad que sigue sin evolucionar, y que duras penas se acerca a un estado de tolerancia.
Les dejamos una serie de fotos de un reportaje sumamente íntimo en el que la revista Cool Hunter logró capturar la química del director con su elenco, así como la complicidad de quien trabaja en un proyecto porque le apasiona la idea, y cree firmemente en la importancia de TRANSMITIR ese mensaje…